La idea de este artículo es intentar englobar en 2 grandes grupos las acciones que podríamos llevar a cabo para una actividad económica en Internet. Debemos tener en cuenta además las posibles diversificaciones comerciales, infinitas, al igual que en la vida real y adaptadas a modelos de negocio muy particulares e inclusive a híbridos estratégicos.
Si el cometido del negocio es la venta de productos tangibles o digitales podemos decidirnos por una solución de comercio electrónico donde vender nuestros productos automáticamente las 24 horas, sin nadie detrás atendiéndolo los 365 días del año. La moda y complementos junto a la venta de billetes de reserva turística son los grandes casos de éxito de plataformas comerciales. Ahora la tendencia se amplia a la alimentación y «el saber gastronómico», de los que muchos hablan como un nuevo gran mercado.
En el caso de la prestación de servicios lo más importante es facilitar su contratación de manera clara y efectiva, mostrándolos como un catálogo virtual e inclusive ofrecerlos mediante algún sistema de pago online. Representación legal, asesoramientos, formación, o diseño arquitectónico son ejemplos muy prácticos de gremios que operan y generan ingresos a través de consultas y servicios que se solicitan por Internet gracias a la gran demanda generada alrededor.
No hay que olvidar que no todo se tiene que trasladar a Internet, en algunas ocasiones lo más efectivo será disponer de un sitio web para crear presencia y afianzar nuestra marca ante los clientes dentro del medio online.
Bien es cierto que la pauta que diferencia entre dos negocios que compiten es claramente la de mejor adaptación al mercado al que están dirigidos. En la Red es de la misma manera; no podemos destacar del resto si nuestro sitio no ofrece nada nuevo, o al menos sin demostrar a los visitantes la continúa renovación y evolución de los servicios y/o productos ofrecidos. Debemos motivar constantemente al usuario para que visite en repetidas ocasiones nuestra página web.
El marco de Internet ha generado un canal de comunicación capaz de enlazar a los lugares más remotos. Ahora nos toca a nosotros ser participes de este medio y utilizarlo de manera productiva.
Las virtudes que ofrece trabajar online son muchas pero tenemos que intentar llevar una constancia al igual que en el modelo tradicional. Utilizar este medio supone un esfuerzo de mejora y por supuesto de atención al cliente. Las cosas no se hacen solas pero Internet ayuda a facilitarlas, automatizándolas y globalizándolas.
Los indices de efectividad se miden fácilmente considerando que un negocio online bien estructurado logra un retorno de inversión más rápido que un caso similar offline. En el lado más negativo los indicadores suelen también apuntar que la falta de éxito se medirá de manera más simple que en el sistema tradicional, ayudando a la anticipación con mejores estrategias en momentos de reinversión y reestructuración.
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