El término gamificación viene de la anglosajona palabra «game«, juego y en algunos ámbitos se le conoce también como «juguetización» o «ludificación».
Consiste en dotar a entornos no lúdicos de actividades de ocio, de juegos, con el objetivo de lograr un mayor engagement o compromiso con la marca. La gamificación intenta conseguir que un colectivo, por ejemplo los empleados de una empresa, los miembros de una asociación o cualquier otro tipo de comunidad, se comprometa con la marca a base de ofrecerles un plus de motivación.
Se aplican conceptos propios del «terreno del juego» y se aplican a otros ámbitos no propiamente lúdicos; el objetivo, lograr que el usuario interactúe más y mejor con la marca o empresa. Es una llamada a la acción en la que el usuario va obteniendo una serie de premios o beneficios.
Por ejemplo, en el caso de la red social FourSquare, el usuario cada vez que realiza un check-in en un establecimiento, va sumando puntos que pueden llevarle a ser «alcalde» de ese lugar y obtener descuentos o premios directos. Otra forma de gamificación es la que ofrece Linkedin, donde cuanta más participación se tiene en la red, se va subiendo de ranking, lo que desemboca en una mayor visibilidad.
Existen varias fórmulas más de gamificacion, como por ejemplo los sistemas de roles en los foros o el de puntos en campañas de fidelización (Travelclub, por ejemplo).
A través de la gamificación podemos lograr que el usuario realice la llamada a la acción que la deseamos: el registro a un blog, un nuevo seguidor o fan, una recomendación, etc.
Esta estrategia, basada como está en la actividad lúdica ha que ser por un lado divertida, y fácil y sencilla de llevar a cabo por otro, evitando que el usuario que canse (si ha de invertir mucho tiempo) o abandone el juego que se ha ideado para lograr el objetivo. Demasiados pasos a llevar a cabo, o procesos demasiado largos lograrían ese efecto, por lo que es importante tener este punto en cuenta.
Las previsiones sobre la gamificación son espectaculares: se calcula que en 2016 el sector facture más de 2.500 millones de euros. Un dato a tener en cuenta, ¿verdad?
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